Las pruebas proyectivas tienen un gran valor psicológico ya que en ellas cada persona “proyecta” sus deseos, sus temores, sus recuerdos, su experiencia, su estado de ánimo, su sentimientos, sus problemas, etc, y lo más importante, la imagen que tiene de sí mism@. Partiendo de que el ser humano está en continuo cambio, el dibujo, al igual que la escritura, nos ofrece los aspectos más vivos y dinámicos de cada personalidad registrados por el propio sujeto.
Además es un medio privilegiado para acercarnos a los niñ@s, como test de nivel mental, como medio de comunicación, como medio de exploración de su afectividad, como medio de conocimiento de su cuerpo y su situación en el espacio y como reflejo de su equilibrio afectivo.
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